lunes, 10 de enero de 2011

Como viven las mujeres en Afganistan



Han pasado ya mas de un año y medio desde que el régimen talibán –calificado por la ONU como el más misógino del planeta- fue derrocado por la fuerzas de coalisión lideradas por los EE.UU., tras mas de 6 años de dominio en Afganistán. El régimen negaba a las mujeres y niñas los derechos civiles básicos, como educación, salud, asistencia médica, trabajo.

Tenían prohibido consultar a un médico varón, y las médicas no podían trabajar. Tampoco podían salir de sus casas sino estaban acompañadas por un pariente varón. Los talibanes habían prometido paz y seguridad después de dos décadas de guerra y violencia, pero lo que les dieron fue presión.

El actual gobierno presidido por Hamid Karzai, había prometido construir una nación en las que se garantizara a las mujeres los derechos.  Y desde que empezó la guerra, en octubre de 2001, Estados Unidos prometió 15.000 millones de dólares para ayudar a la reconstrucción del país, pero hasta ahora sólo se distribuyó un tercio de esa cifra.
Los afganos confían la seguridad a tropas extranjeras hasta que se establezca su propio ejército, y en la ayuda externa para ingresar en el siglo XXI.  Pero las mujeres han descubierto que su esperanza de un nuevo Afganitán está muy lejos.  Deben luchar contra un patriarcado de siglos, que la guerra ha arraigado, y las pocas que han logrado empezar o retomar sus carreras son voces aisladas en un mundo de hom­bres.  Pero no se rinden. 

Algunas temen por su vida....:

Leila Achakzai, de 26 años, vive con su esposo, Fahim, en la casa de su madre en Kabul.  Lella, que está a punto de tener su segundo hijo, dice que no tiene médico y que no sabe dónde dará a luz.  Aunque nació y creció en Kabul, jamás ha podido salir de su propio vecindario, de modo que la ciudad es para ella un misterio amenazante.
Cuando una mujer está embarazada, los afgailos dicen que está enferma.  En la Maternidad Malalai, la mayor del país, las mujeres son dadas de alta pocas horas después del parto por la enorme demanda de camas.  Pero el 97% de las mujeres afganas da a luz en sus casas porque tienen prohibido consultar a médicos varones y casi nunca dispo­nen de medios de transporte para llegar a un tratamiento médico. Un informe reciente de Médicos por los Derechos Humanos indica que el 40% de las mujeres que mueren durante su período de fertilidad es por complicaciones en el parto.
La Maternidad Malalai está rodeada por un muro de cemento construido por los talibanes, con dos ventanucos diminutos.  Del otro lado acampan los hombres que esperan a las mujeres internadas; sigue sin permitírseles entrar, como durante el gobierno de los talibanes, y hablan con sus esposas por los diminutos ventanucos.  "El régimen talibán ya no está -dice Suraya Dalil, una médica afgana que participa en la Iniciativa Maternidad Segura, de Unicef-, pero su muro sigue en pie." 








http://www.portalplanetasedna.com.ar/afganistan.htm

LOS OKUPAS

Los okupas son grupos de personas que se apropian de edificios abandonados para convertirlos en lugares habitables. Son los excluidos, que van buscando un espacio propio desde el cual ser escuchados, utilizando los espacios vacíos del sistema y llenándolos de un contenido propio.

Los okupas se apoderan de edificios abandonados, los reciclan y los convierten en hogares y centros culturales.  Un estudio sociológico indica que se trata de un "movimiento esencialmente juvenil, de entre 16 y 30 años, que practica una vida colectiva y tiene una procedencia social heterogénea, aunque la mayoría proviene de familias de clase media formadas por profesionales liberales."

Sin embargo, los okupas dicen ser mucho más que eso. No se identifican como un grupo homogéneo sino como un colectivo de gentes diferentes en el que conviven grupos sindicales, cooperativas y antimilitaristas con bandas de rock, artistas y artesanos, además de movimientos de gays y lesbianas. Se autodefinen como un movimiento desprovisto de estrategia, de organizaciones estables y de líderes.
Únicamente en Barcelona existen 68 casas ocupadas por 400 personas.



Los okupas están condenados al desempleo y también al empleo. Se resisten a la pobreza y también se resisten a la rutina vacía del ciclo despertador-trabajo-comida-ocio programado-sueño.
No reivindican tan sólo una vivienda digna sino una manera de vivir, una sociedad basada en la cooperación y en el respeto por las diversas culturas, religiones e ideologías. Comparten una misma inquietud: el deseo de vivir insumiso.


Los okupas se revelan contra el consumo como elemento central de la realización del individuo. Desean poner en evidencia la contradicción de un sistema que se basa en el trabajo como uno de sus valores supremos, a la vez que niega a muchos ciudadanos la posibilidad del empleo.







sábado, 8 de enero de 2011

LOS ESQUIMALES

Los esquimales viven en el Ártico, una de las regiones más frías de la tierra y han debido adaptarse al medio. Su asentamiento en las regiones más frías del planeta se debe al rechazo de que fueron objeto por parte de los indios americanos hace 12.000 años cuando llegaron a Alaska desde el nordeste de Asia y a través del Estrecho de Bering.

Los esquimales son un pueblo muy solidario, acogedor y muy pacíficos. Por naturaleza son nómades. Su civilización se basa en la familia, en la que cada hombre tiene más mujeres cuanta mayor es su riqueza. Los niños son muy importantes en esta civilización porque son reencarnaciones de los antepasados.

SUS COSTUMBRES…

Son de contextura pequeña, los hombres miden en promedio 1´60 metros y las mujeres 10 centímetros menos. Son macizos y tienen las extremidades cortas.
Por el frío de las tierras del norte lo único que pueden hacer para sobrevivir es cazar y pescar. Es muy característico de ellos el andar con grandes perros, los que utilizan para acosar a las presas y para arrastrar los trineos, su principal medio de transporte.
Dentro de la casa, las mujeres se dedican a cocinar y a coser, mientras los hombres preparan sus utensilios para cazar y pescar focas y ballenas.

SUS CASAS…

Se construyen para resguardarse de las bajas temperaturas a las que están expuestos durante todo el año.
Es necesario que estén aisladas del viento. Los esquimales las construyen parcialmente bajo tierra para que estén mejor protegidas.
A las casas esquimales se entra por un túnel muy largo que está construido debajo del nivel de la casa, para no dejar escapar el aire caliente del interior. El espacio del túnel se aprovecha para almacenar carne congelada y utensilios de cacería.
Dentro de la casa, el calor se mantiene quemando aceite de foca y de ballena. Toda la familia vive en un sólo cuarto y duerme junta, en una plataforma cubierta de pieles de caribú y otros animales.